El código no es un instrumento normativo, disciplinario ni punitivo. El código dispone actitudes negativas y positivas que deben evitar y fomentar, respectivamente, los servidores, pero todas ellas se enmarcan en la legalidad. Por ejemplo, dentro del valor de Honestidad un principio de acción no es “No debo robar” porque eso es ilegal y le compete a las disposiciones normativas que rigen a los servidores; el principio de acción es “Cuando cometo un error lo reconozco y lo soluciono” porque todos cometemos errores pero lo íntegro es poner la cara y hacer lo necesario para corregirlo.